Hay un mito que dice que el graznido de los patos no produce eco, pero no es cierto.En la Universidad de Salford (Reino Unido) hicieron un experimento estupendo. Grabaron a un pato en una cámara anecoica (con paredes recubiertas de espuma con ua geometría especial para que no haya eco), luego lo grabaron en una cámara de reverberación (justo lo contrario, se busca que el sonido dure lo máximo posible) y luego lo grabaron en campo abierto con una pared cerca, para escuchar un único eco, si lo hubiera. Los resultados: clarísimos. El pato produce un eco. Se creía que no existía porque el eco era demasiado leve como para poder oírlo.


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